jueves, 23 de enero de 2014

BIOMECÁNICA DE LA MARCHA (IX)

PAPEL DEL PIE EN LA FASE DE APOYO
Posición del pie durante la progresión
La posición del pie en el suelo, elemento esencial del equilibrio en la fase de apoyo, es resultado tanto de una anticipación o construcción de un modelo interno de la marcha como de la ubicación visual del suelo delante del individuo. En condiciones normales es suficiente la llegada de informaciones visuales intermitentes. Después del control del equilibrio por la colocación del apoyo único, la musculatura alrededor del tobillo ejerce un control fino.
La visión reguladora se divide en 2 partes:

  • Visión central (foveal): más eficaz para controlar las oscilaciones medilaterales.
  • Visión periférica: principal responsable del equilibrio anteroposterior.
Importancia del esqueleto fibroso
El pie actúa a la vez como un resorte de lámina, dejándose comprimir y como un amortiguador hidráulico, disipando una parte de las presiones. Para cumplir eficazmente su función, el pie debe ser flexible. La carga determina, en las pequeñas articulaciones, movimientos complejos de deslizamiento y rotación en los 3 planos del espacio. Rigidez es sinónimo de inicio de dolores.
Los tendones y aponeurosis son estructuras con potencial elástico. El pie es sujetado por tendones extensibles que se dejan estirar y absorben, en parte, la carga. Los tendones y aponeurosis almacenan una parte de la energía producida por el aplastamiento y la restituyen al final de la fase de apoyo, reduciendo así el trabajo de los músculos. Entre los tendones, se ha demostrado la importancia del tibial posterior.
Los músculos, por su parte, poseen una viscoelasticidad que les permite frenar el movimiento y atenuar la onda de choque. Para que esta función sea óptima, las articulaciones deben estar libres para permitir que una pueda deslizarse normalmente sobre la otra.

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